creo que he perdido el cambio que nos sobró
del último taxi que cogimos y no tengo cobertura.
Voy a enviarte un mail.
Si no lo leyeras, te espero en el primer semáforo de la esquina,
durante... cinco mintuos, solo cinco minutos.
No llegues tarde y no te olvides de la mantequilla de
Último tango en París.
Si leyeras el mail, envíame un whatsapp y confírmame
que me quieres tanto como yo a ti; si no fuera así,
hazme una perdida que yo volveré a ser la misma de siempre:
feliz, sonriente, sola,
"pero cuánto echo de menos dormir con desconocidos".
Pero en el caso de que recupere la cobertura, te voy a llamar
pero no esperaré más de dos tonos, tengo hambre.
Si lo coges a la primera, di mi nombre completo;
si no lo recuerdas, marca 1.
Cuando oiga mi nombre en tu boca, al otro lado del teléfono,
volveré corriendo a casa, llamaré al interfono tres veces,
solo tres veces,
ábreme sin decir nada, sal al rellano y llama al ascensor
para que tenga subir andando la escalera;
antes de que llegue, aparta el felpudo y quédate bajo el quicio de
la puerta, abre los brazos, cierra los ojos, aguanta la respiración:
ya he traído yo la mantequilla.
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