viernes, 17 de abril de 2009

la sala de baile IV

"(...) Por supuesto que en esos días particularmente oscuros en los que se encontraba inmerso, que es como decir hundido, en su desgracia, se había soprendido más de una vez dispuesto a cambiarse por cualquiera. Y quién no ha jugado alguna vez a eso. Hasta Jesucristo deseó por un instante que su nombre sonase por delante del de Barrabás, pero quedó segundo en ese cruel concurso, y primero en la cruz. No hay nadie, con seguridad, caminando hoy sobre la faz de la Tierra que no haya pensado, al menos una vez, que todo el mundo, cualquiera, es feliz menos él. De eso, precisamente, están hechas las calles los días de lluvia. La luz de las ventanas de las casas ajenas nos habla siempre de una felicidad que existe sólo fuera de nosotros. O para ser más exactos, con nosotros fuera."

ya sólo habla de amor_ray loriga

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