ha estremecido mis rodillas
_que asomaban tras unos calcetines que siempre caen_
de vuelta a casa.
con el alma en paz he recorrido todos los rincones
meados de mi barrio y he tarareado la misma canción
una y otra vez_
con una respiración adormecida que me acompaña
desde el salón_arranco el no polvo
a lo que decidí que fuera mi aportación simbólica
al día de st._jordi_
y mi condena creciente a reducir el espacio de mi lar_
no pude evitar cerrar el círculo de esta trilogía
que me tiene anonadada y que, aunque con pena,
deseo terminar_
así que, una vez franqueado el
bulto de carne que se aglomeraba en la puerta de la librería,
me dirigí a la estantería de la derecha, cuarta columna,
penúltimo estante empezando por abajo, y me hice
con el único ejemplar de
el mundo de los prodigios que ahí descansaba,
un tanto arrugado y algo sucio.
y por cuestiones de compañerismo y admiración me hice con esta
novedad que con sólo una ojeada puedes comprobar que promete.
¡así que espero que me hagas una buena dedicatoria, f !
mi alma está en paz y hambrienta_
tres días llevo ya sin hemingway, del que me despedí
en mi apaciguador exilio y al que le debo una_
¡qué grande!
"Eso me pareció lo adecuado. Así son las cosas. Pon a una chica en los brazos de un hombre. Preséntale a otro para que se largue con él. Ahora ve a buscarla y hazla volver. Y ante la firma pon las palabras con cariño. Así es como eran las cosas. Me fui a almorzar."
fiesta, ernest hemingway
y ahora, de vuelta,
y ante la caída de esta noche de abril_
me dispongo a estirar las piernas,
acompañar a este respirador que ahora descansa
en el domritorio,
y saborear lo que queda de mis largas vacaciones
y de mis nuevas compras_
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