martes, 9 de marzo de 2010

pág. 81

"En medio de un mundo acelerado en el que todo se transforma, era confortable saber que la muerte, como la nieve sobre la cumbre del Kilimanjaro, estaría ahí siempre intocable, deliciosamente fría y estable. Sin embargo, toda esa serena seguridad en la eternidad de la nieve de esas cumbres africanas se nos derrumbó no hace mucho cuando supimos que dentro de veinte años ya no habrá ni rastro de ella en el Kilimanjaro. Se trata de una noticia del siglo XXI equiparable a una del XIX, parecida a aquella de la muerte de Dios que difundiera en su momento Nietzsche.
(...) Me pregunto qué habría dicho Hemingway de haber podido enterarse de esto que ahora nosotros sabemos, es decir, de haberse enterado de que después de Dios será la Muerte la que muera."

parís no se acaba nunca, enrique vila-matas

2 comentarios:

grankabeza dijo...

Menos mal que París, al contrario que la Muerte (esa mayúscula da Miedo), no se acaba nunca: dentro de un mes estaré paseando junto al Sena.

La la la...

sara dijo...

un Paseo que no acabará nunca...